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Refrigeración de la uva en todos los procesos de la vendimia:

  1. Refrigeración en Vendimia.
  2. Maceración Carbónica.
  3. Inertización de Prensas y Depósitos de Recepción.

Para mantener la calidad de las uvas, es esencial mantener una baja temperatura y proteger la uva de la oxidación, desde el momento de la cosecha a la fermentación. Para alcanzar este objetivo hay diferentes soluciones posibles mediante el uso de hielo seco y otros métodos de refrigeración (en los viñedos, durante el transporte, en el contenedor, la prensa o, incluso, durante la fermentación).

Refrigeración en Vendimia

Durante la recolección de las uvas, el hielo seco es depositado en cubas junto al fruto. Desde ese momento el hielo seco actúa de forma muy eficiente refrigerando la uva durante la recolecta para mantener su frescura y calidad, lo que es de vital importancia en la futura elaboración de vino.

Otro de los beneficios de usar el hielo seco para la refrigeración de la vendimia es que permite potenciar el aroma del mosto y reducir la necesidad de utilizar dióxido de azufre con lo que se logra limitar las fermentaciones no deseadas.

El hielo seco proporciona el método ideal de maceración en frío dando lugar a una mayor riqueza aromática y un mejor cuerpo y color en el vino.


Por tanto, el hielo seco para la refrigeración de la vendimia logra:

  • Suprimir la oxidación de la uva durante el proceso de recolección.
  • Refrigerar la vendimia y protegerla durante las horas de calor.
  • Potenciar el aroma del mosto.
  • Reducir la necesidad de usar dióxido de azufre.
  • Limitar las fermentaciones no deseadas.
  • Un uso de entre 7 y 8 kilogramos de hielo seco para cada 100 kilogramos de consigue una reducción térmica de 10 grados centígrados.

 

Maceración Carbónica

La maceración carbónica o proceso de vinificación de la uva entera tiene una técnica muy particular. La técnica consiste en depositar las uvas enteras en un depósito sin prensar e iniciar el proceso de fermentación en una atmósfera de dióxido de carbono con una reducida concentración de oxígeno.
De esa forma las levaduras pasan de realizar una respiración aeróbica a una anaeróbica que inicia el proceso de la fermentación proporcionando que los vinos tengan sabores más logrados y menos contenidos en tañimos. Para este proceso se estima necesario el uso de 2 kilogramos de hielo seco por cada 1.000 litros de volumen libre.

 

Inertización de prensas y Depósitos de Recepción

El hielo seco se usa en forma de pellets directamente en el interior del depósito. En el momento en que la niebla comienza a rebosar se habrá expulsado todo el oxígeno del tanque y lograremos proteger al vino de oxidaciones y fermentaciones no deseadas.

Son necesarios unos 2 kilogramos de hielo seco por cada 1.000 litros de volumen libre para esta aplicación del hielo seco en la enología.
Como hemos visto el hielo seco es de gran valor en la mayoría de procesos enológicos debido a su gran poder conservante.